"MARMOTAS" EN EL HUERTO DE ADELFAS

Ya es sabido, este año nos hemos quedado sin conocer el vaticinio de la marmota, y yo para mí que se la han cargado de tanto manoseo esos paisanos que, tocados con sombreros altos, los  ‘Tophat’, año tras año chupaban cámara con la famosa durmiente Milltown Mel, ¡la pobre!.

El Día de la Marmota es un método folclórico usado por los granjeros de Estados Unidos y Canadá para predecir el fin del invierno, basado en el comportamiento del animal cuando sale de hibernar el 2 de febrero. Según la creencia, si al salir de su madriguera la marmota no ve su sombra por ser un día nublado, dejará la madriguera, lo cual significa que el invierno terminará pronto. Por el contrario, si la marmota «ve su sombra» por ser un día soleado y se mete de nuevo en la madriguera, ello significa que el invierno durará seis semanas más.

El día de la Marmota (en Europa, el día de la Candelaria o de la Luz, con probable origen en el Oriente) señala aproximadamente la mitad del periodo entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera (de forma similar a la fiesta de Halloween, que señala la mitad del periodo entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno). En ambos casos son tradiciones o festividades que viajaron inicialmente de Europa a América en el equipaje de los emigrantes.

El 2 de febrero no es un día más del calendario. La Candelaria tiene una gran significación en el mundo agrícola, ya que marca, aproximadamente, la mitad del invierno. El crecimiento de los días (las horas de sol) se hace cada vez más evidente a estas alturas del calendario. Los fríos y oscuros días del invierno van dando paso a unas jornadas con unos tintes cada vez más primaverales. Ese importante cambio en el ambiente, simbolizado por las candelas (la victoria de la luz sobre las tinieblas) marcaba en la antigüedad la vuelta a las labores del campo.

Toda esta larga introducción viene a propósito de nuestro huerto, el huerto urbano de Adelfas, donde no hay marmotas (que sepamos) ni tampoco erizos o tejones (animales a los que también se observa para estos menesteres), aunque sí tenemos abundancia de lagartijas, y ya están activas debido al cálido invierno y a la abundancia de sol que nos acompaña desde hace una temporada.  

Si nos fijamos en las distintas especies de plantas y árboles del huerto (y sus alrededores), podemos advertir la presencia de brotes que verdean e incluso de flores que apuntan en alguna de las copas. En general, parece claro que la desnudez de los árboles es cada vez más breve y que el cambio climático está anticipando la primavera de forma evidente. Según estudios, en los últimos 30 años la salida de las hojas se ha adelantado una media de 3,4 días por cada grado que ha subido la temperatura. Con todo, estos adelantos esporádicos de la naturaleza fueron temidos siempre por la gente de campo y huerta, ya que la aparición de heladas puede ocasionar mucho daño, por ejemplo, en almendros, cerezos, manzanos, romero, etc. 

 Incluso para quienes no practican el cultivo activo de jardines o huertas es interesante acercarse periódicamente a estos espacios -y el huerto de Adelfas es el huerto de todas y todos- y así poder apreciar los cambios que en plantas y árboles se van produciendo, al tiempo que igualmente se podrá detectar la presencia de fauna (pequeños reptiles e insectos, principalmente), pues con el aumento de las horas de sol también van concluyendo los letargos y hibernaciones.  Siempre es tiempo de observar un huerto, a fin de cuentas como escribe el antropólogo y filósofo, Santiago Beruete: “Los seres humanos siempre hemos visualizado la felicidad con plantas“. 

 

M. A.