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Mesa redonda sobre Violencia Simbólica y Diversidad Funcional.

Comunicación @AVPinosRetiro

Ponentes:

  • Cristina Paredero, persona autista con altas capacidades, dirigente de Plena Inclusión. Premio Nacional de Juventud.
  • Lucía Santos, activista social por los derechos de las personas con diversidad funcional, perteneciente a la Plataforma Democrática de la diversidad funcional (PDDF).
  • Remedios Toboso, persona sorda, miembro de PDDF, responsable de comunicación de IU de la Asamblea de Retiro y Jefa de Sección de la Agencia de Empleo del Ayuntamiento de Madrid. 

 

Un acto muy necesario -bonito también- el que tuvo lugar el pasado 5 de mayo en el Centro Social Seco, organizado por la ‘Asociación Vecinal Los Pinos Retiro Sur’ y la Comisión de Diversidad Funcional y Accesibilidad de la FRAVM con el título de ‘Violencia simbólica y Diversidad Funcional’. Sin duda una propuesta atrevida y oportuna, al albur de la realidad, que pone el foco en todos esos mecanismos condicionantes de las vidas no normativas y/o con diversidad funcional, que son el reflejo de un modelo poco o nada inclusivo, a fuer de dominante, violento, invisible, cotidiano...

 

Fueron las integrantes de la mesa, Cristina Paredero, Lucía Santos y Remedios Toboso (un panel de auténtico lujo), a quienes hay que agradecer su tremenda implicación, la generosidad de su mensaje valiente y realista, que ha causado gran impacto en el público asistente.

 

A través de las intervenciones, así como del coloquio posterior, quedó claro que es violencia simbólica aquella que se desplaza en la vida social de manera enmascarada, desapercibida, sutil. No es violencia física, pues sería socialmente cuestionada, sino que adquiere forma lentamente en los cuerpos y en las subjetividades a través de nuestros hábitos y prácticas.

 

Asimismo, en el desarrollo de las intervenciones se analizó la realidad de las personas con diversidad funcional, quienes conforman un grupo vulnerable y numeroso al que la sociedad ha excluido en numerosas ocasiones, por lo que se han visto restringidos sus derechos básicos y libertades (a pesar de los innegables progresos sociales alcanzados), obstaculizando su desarrollo personal, el disfrute de los recursos, así como la posibilidad de contribuir con sus capacidades al progreso de la sociedad.

 

Por todo ello, es necesario que el marco normativo y las acciones públicas en materia de discapacidad intervengan en la organización social. No obstante, así se constató en las tres intervenciones, el impulso de las medidas que promuevan la igualdad de oportunidades concierne a todos los ciudadanos, organizaciones y entidades. Es fundamental promover una ciudadanía empática. Y del mismo modo frente a la violencia simbólica, el reto es hacer visible la relación de dominación, existente en todos los espacios de la sociedad.