30 AÑOS CENTRO SOCIAL SECO

LA VIDA EN ROSA: 30 años yendo por la vida como si fuera nuestra.

 

Si estás leyendo este mensaje es que en algún momento has formado parte de estos 30 años de historia del Centro Social Seco.

 

Sí, 30 añazos ya. Y ahí sigue, que no es poco. En estos 30 años ha habido de todo, claro.

 

Quien conoció la amistad y lo que es compartir niñez y barrio.

 

Quien encontró una buena razón para pelear por algo.

 

Quien conoció el amor y hasta a la madre/padre de sus hijos/as.

 

Quien se subió por primera vez a un tejado.

 

Quien organizó su primer concierto.

 

Quien pasó su primera noche fuera de casa.

 

Quien se fumó su primer canuto.

 

Quien pintó por primera vez un mural, o un cartel, levantó su primer tabique... o cavó su primer pozo.

 

Quien forzó por primera vez una cerradura.

 

Quien asistió a su primera asamblea.

 

Quien dio su primer beso.

 

Quien le dijo su primer NO a la autoridad competente.

 

Quien se desnudó por primera vez sobre un trapecio con decenas de personas que le aplaudían.

 

Quien asistió a una charla en la que le preguntaban ¿por qué era heterosexual?

 

Quien construyó por primera vez un barco para surcar la Avenida de la Ciudad de Barcelona hasta llegar a puerto vallekano.

 

Hubo quienes por primera vez construyeron diques, canales y presas para proteger del agua un festival de cine internacional, ilegal y social.

 

Otros montaron un gimnasio. Otros un local de ensayo. Otros un "info café". También hubo gatos salvajes y una biblio, cooperativas de vivienda para dar COVIJO a los rebeldes sin casa, grupos scouts y un refugio para iniciativas vecinales.

 

Vimos que bajo el asfalto estaba la huerta y que bajo las goteras podían estar los ajos.

 

Y que por alguna razón un arzobispo se dejó la capa en ese lugar tan raro para que un arzobispo se deje la capa.

 

Quien conoció a la gente del barrio de al lado y a otra muy diferente con la que se empeñó en construir cosas juntos.

 

Quien comprendió que no siempre es posible construir cosas juntos por mucho que merezca la pena, que penas también las hubo.

 

Hubo hasta quienes resistieron a incendios, intentos de desalojo y agotamiento de nosotros mismos.

 

Quienes marcharon tiñendo de rosa todo el distrito...

 

Y quienes se movieron para quedarse. Y luego hubo quienes se marcharon para siempre y por eso también se han quedado para siempre.

 

Y no siempre fue fácil. A veces fue terrible. Pero muchas fue bonito. Y cuando decimos bonito queremos decir BONITO, vamos, precioso. Fíjate cómo sería que aún sigue siendo.

 

Después del fuego, de las goteras, de las grietas, de los túneles, de las mesas de ping-pong que pesan como un demonio, de la falta de recursos y la incomprensión institucional que pesan como otro demonio.

 

Después de todo eso, y mientras nos hacíamos mayores y nos volvíamos locos. Y hacíamos planes urbanísticos alternativos, y estrategias y tácticas. Y éramos punkis y niños y señoras mayores y payos y gitanos y nos entendíamos porque no había más remedio, construimos una comunidad. Y gritamos durante años aquello de "nunca más un barrio sin nosotros".

 

Y así desconociendo leyes como la de la gravedad, condiciones objetivas y correlaciones de fuerzas fue que SECO se quedó en el barrio. Por 30 años ya.

 

Y aquí estamos. Quedando para encontrarnos con las nuevas generaciones que habitan el espacio y celebrarlo. Como esas cenas de antiguos alumnos pero de okupas. Okupas raros, eso también es verdad.

 

Lo dicho entonces. Que te vengas y lo celebramos con unos videos y unas reflexiones, y una comilona. Qué seguro que nos reímos y que lloramos un montón. Y nos emocionamos y nos damos un abrazo. Y quien sabe igual hasta surge el amor o cualquier otra locura...

 

Para todo ello estamos quedando el 05 de marzo a las 12 horas en el Centro Social Seco (nada más y nada menos). Y cómo en las grandes ocasiones es obligatorio traer algo rosa.